DIEZ COLLECTIVE

Zambe.

Zambe es una empresa apasionada y consciente del valor de la conexión entre historia y destreza artística , su propósito es transmitir y trascender la esencia y abundancia cultural que hace única a Colombia.
La joyería de Zambe es filigrana momposina, objetos perfectamente diseñados con dobleces y formas armadas a mano con procedimientos únicos y ancestrales. Su historia es diversa y su origen casi tan amplio como la topografía de Colombia.
*Desde la fotografía y dirección artística:*
La intención y concepto de esta primera colección es poder mostrar la diversidad, la belleza colombiana, de sus mujeres, de sus paisajes y de su joyería, concluir de manera única que cada pieza de horas de producción y diseño le hace justicia a la historia, naturaleza y diversidad Colombiana.
Así mismo, por medio de la ejemplificación de la diversidad y belleza de la mujer Colombiana, contrastes, colores complementarios, un vestuario libre y holgado, buscamos re definir la filigrana y sus piezas únicas en escenarios poco probables pero que resaltan su belleza y la de su portadora.

Raíces e Historia.

En Zambe existe una fuerte orientación y admiración por los trabajos en los cuales se emplea la pericia y destreza para lograr resultados asombrosos, están orientados y movidos por contar historias (aparentemente desconocidas por extranjeros y locales) que representan la identidad cultural de un territorio que siempre ha estado acompañado por una amplia riqueza natural y precisión artesanal.

Motivación.

Se han empeñado en realizar negocios éticos a través de relaciones justas en las cuales se entienda que en este proceso productivo están involucrados un amplio número de familias que promueven a través de la unión de saberes la trascendencia de cultura e identidad.

Esencia.

Su esencia es transmitir una visión de respeto y valor por la artesanía, haciendo visible la experticia requerida y repensando la categoría en la cual se enmarcan estos elementos culturales. Se ha construido una nueva forma de comprender que en cada pieza de filigrana hay un valor incalculable, es un “pedazo de Colombia”.